Así como la digitalización no para de revolucionar la economía, los requerimientos del personal para desempeñarse de acuerdo a las nuevas modalidades que exige esta realidad también evolucionan velozmente.
Con tanto trabajo remoto, tanta videoconferencia, tanto “cloud computing”, la respuesta física y emocional de los trabajadores no es la misma que en aquellos tiempos, cuando estaban todos juntos en los pocos metros cuadrados de un edificio de oficinas. Eso es algo que hay que atender escrupulosamente.
Y ese es el preciso momento en que empezamos a hablar de Wellness Laboral: Son sistemas de gestión que influyen positivamente en la calidad de vida del personal cuando la empresa se ocupa de que la existencia de sus empleados sea más grata y saludable, justamente porque debe prosperar con ellos.
Pasó ya la época de creer que por poner mesas de ping pong o ser “Pet Friendly” un lugar de trabajo ya era tan ameno como Google. Y tampoco es solo poner a disposición de los empleados gimnasios, salas de relax o “siestarios”, muchas plantas, fisioterapeutas, etc. Es generar y motivar hábitos de vida saludables basados en programas que los fomentarán dentro de la empresa. Cambiando rutinas y costumbres, se ve como una inversión a mediano y largo plazo a fin de vivir mejor para trabajar mejor.
Como sabemos, uno de los problemas eminentes de las empresas de hoy (muy especialmente de aquellas que utilizan tecnologías “duras”) es retener talentos, aumentando la productividad y reduciendo el ausentismo. Cuando al fin todos reconocen que el principal activo de las organizaciones es su gente, un ambiente de trabajo saludable es la parte esencial de la propuesta de valor que toda empresa puede ofrecer a su personal.
Desde los procesos de “on bording” se usan recursos como los ATS (Sistema de Gestión del Proceso de Selección) o bien los basados en L.V.A (Sistemas de análisis de voz por capas). Una vez que la persona indicada está dentro de la empresa y comienza a trabajar, hay prácticas recomendadas para potenciar su bienestar físico, mental y emocional. Veamos:
En el aspecto físico:
Se estilan los “Clubes” internos que reúnen a los aficionados a determinados deportes, gimnasios con entrenadores (sean propios de la empresa y dentro de ella o externos, accesibles mediante convenios) sumados a servicios de fisioterapia y programas de nutrición.
En cuanto a lo mental:
Brindar espacios de trabajo flexibles y cómodos, amplitud horaria que se combine con una política de teletrabajo eficaz, capacitación permanente que haga sentir al empleado que la organización invierte en él, y fomentar el desarrollo de habilidades “blandas” para mejorar las relaciones son los ítems a tener en cuenta en este aspecto.
Sobre lo emocional
Aquí se trata de ofrecer propuestas de cultura inclusiva y un ambiente corporativo positivo que fomente la cercanía, la empatía, el trato humano amable y el respeto a la diversidad.
Todo esto redunda en una mejor percepción de la “Marca empleadora”, por supuesto, tanto como en un mayor compromiso de los trabajadores, y una permanencia de ellos más prolongada y placentera. Por cierto, para poder implementar con éxito una política de Wellness es indispensable:
§ Tener un preciso diagnóstico de lo que es necesario para la empresa y evaluar muy bien qué se espera de los empleados, tanto como lo que estos esperan de sus empleadores.
§ Saber cuando y con qué medida aplicable empezar, estableciendo prioridades en una hoja de ruta clara que incluya presupuestos, ya que habrá costos que deben ser bien conocidos y asumidos.
§ Tener una comunicación interna persuasiva, que “enganche” al personal.
§ Estar dispuesto a hacer cuantas correcciones sean necesarias.
Con todo esto, puesto en claro y en acciones concretas, habremos ingresado al fascinante mundo del Wellness corporativo, una tendencia que nos acompañará por mucho tiempo.